
Llegaba la Copa, y Lotina decidió volver al ya conocido como “sistema de la felicidad” por muchos aficionados. Se empató el partido, pero se recuperó la ilusión perdida. Volvía la Liga ese mismo fin de semana. En Riazor, ante la afición de casa. El “sistema de la felicidad” comenzaba a engrasar las oxidadas tuercas del juego deportivista. Un gran 3-0 contra el Espanyol, equipo que estaba en puestos europeos en esa jornada. El sistema funcionaba. Siguiente partido, rival más asequible, en el Ciutat de Valencia. 1-2 al Levante. El Deportivo salía del descenso. Volvía la copa, el Depor ganaba y pasaba de ronda. De nuevo la Liga, contra un hueso duro, en su estadio, delante de su afición. Se arrancaba un empate, contra un equipo que está muy bien planteado tácticamente, y se comienza a pensar en la siguiente jornada, contra el Málaga, en casa. De nuevo victoria holgada, por 3-0. Un equipo en crecimiento moral, táctico y que con un planteamiento previsiblemente más defensivo, logra una mayor eficacia en ataque. Un equipo que ya ve los puestos europeos al alcance de la mano. Un equipo que nunca se rinde, por muy mal que vayan las cosas.

Llevo pensando desde hace bastantes años que el Depor no tiene delantero centro.
ResponderEliminar¡Si estoy planteandome cogérmelo en el PES, aparte de porque me cae perfectamente (como la mayoría de equipos gallegos xD), sólo para poder fichar un delantero centro! Desde la época buena de Tristán y Makaay no tiene un 9.
Ya, esta ganado gracias al buen planteamiento defensivo. A ver si explota Adrián y nos da buenos goles.
ResponderEliminarLlevan dos temporadas confiando en un tío que no es delantero centro pero que lo hacen jugar en esa posición, sí hablo de Lassad...xD
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