El año pasado, los aficionados del Málaga CF no hacían más que sufrir. El único partido en el que disfrutaron fue en la primera jornada con la goleada al Atlético de Madrid pero a partir de ahí, cada partido se afrontaba con una gran impotencia aun estando por delante en el marcador.
El sistema que buscaba el por entonces entrenador del equipo blanquiazul, Juan Ramón López Muñiz, era lo que hacía crecer esa impotencia. La táctica del entrenador era la de encerrarse atrás en todos y cada uno de los partidos, jugando con un solo punta y esperar a un fallo del rival para intentar lograr un tanto. Pues bien, esa táctica estuvo a punto de llevar al Málaga a 2ª División, pero los equipos que había por debajo lo hicieron mucho peor.
Este año la cosa ha cambiado, la impotencia se ha convertido en diversión y el elemento clave no ha sido la velocidad que le han imprimido los fichajes al Málaga, sino la táctica de Jesualdo Ferreira, nuevo entrenador malaguista, que ha pasado de jugar con un 4-5-1 defensivo a un 4-3-3 súper ofensivo. De ahí que el Málaga Club de Fútbol, a día de hoy, sea el equipo más goleador de la Liga BBVA y el 2º más goleado, ya que la táctica puede salir bien o puede salir mal, pero garantiza la diversión para los aficionados sin que haya impotencia de por medio como ocurría el pasado año.
Con esta entrada inauguro el blog y esperamos poder crecer pronto, aunque sabemos que el tiempo del que disponemos no nos lo pondrá nada fácil.
Sin duda son de admirar estos entrenadores, como Míchel o el del Blackpool (no recuerdo ahora su nombre), que optan por un fútbol de ataque a costa de su portería. Puede ser la peor estrategia para un equipo pequeño, o incluso de media tabla, ya que en un intercambio de golpes con un equipo de más categoría casi seguro saldrán perdiendo. Pero es lo que hace que la gente vea el fútbol, se aficione, se enamore.
ResponderEliminarPor eso, yo seré una de esas personas que, cuando puedan ver a Málaga o Getafe porque tanto tiempo como televisión me lo permitan, lo harán sin dudarlo. Porque el fútbol es espectáculo.